El presidenta de la AFA, Claudio “Chiqui” Tapia, logró un respaldo histórico en el Congreso Extraordinario de Conmebol, donde los diez presidentes de las asociaciones miembro ratificaron por unanimidad su designación como miembro pleno del Consejo de la FIFA. La decisión selló un hito para la AFA, que recuperó una silla que Brasil había ocupado de manera ininterrumpida durante casi cuarenta años, y reconfiguró el mapa de poder regional en la política del fútbol.
La ratificación tuvo impacto inmediato en la política doméstica. En medio de la escalada entre el Gobierno y la AFA, fuentes del ambiente señalaron que Javier Milei suspendió su viaje a Estados Unidos –donde iba a participar del sorteo del Mundial– al conocer el espaldarazo que FIFA y Conmebol le dieron a Tapia. El gesto desbarató los rumores de una intervención a la asociación, una idea que circuló desde despachos oficiales tras la sanción a Juan Sebastián Verón.
La ofensiva presidencial incluyó incluso gestos públicos: el jueves Milei publicó una foto de Carlos Bilardo y Osvaldo Zubeldía, una señalizada toma de posición en plena disputa con Tapia. Al mismo tiempo, desde el Gobierno se filtró que la intervención contaba con guiños del titular de la FIFA, Gianni Infantino. Sin embargo, la decisión del organismo internacional de mantener a Tapia en un puesto de alta relevancia terminó por desmentir esas versiones.
Además del lugar en el Consejo de la FIFA, la AFA también fortaleció su presencia institucional en Conmebol con nuevos representantes en distintas comisiones. Entre los designados figuran Pablo Toviggino y Francisco Javier Marín en Desarrollo; Javier Méndez Cartier y María Sylvia Jiménez en Grupos de Interés; y Nicolás Russo y Juan Manuel Cavagliatto en Competiciones de Clubes y Selecciones. Una avanzada que consolida la influencia argentina en los ámbitos donde se discute el futuro del fútbol continental.
La derrota política para Milei se vuelve más clara frente al peso de la decisión internacional. Una intervención sin aval de FIFA podría acarrear sanciones severas, incluso la exclusión de Argentina de competencias oficiales, un escenario que terminó relegado ante el respaldo unánime al presidente de la AFA.