A diferencia de las versiones que circulan en la conversación pública, la película Homo Argentum, protagonizada por Guillermo Francella, obtuvo apoyo económico del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires a través del programa BA Producción Internacional, coordinado por Roberto García Moritán, apodado irónicamente el "exmarido de Pampita". “Estamos invirtiendo en trabajo y productividad para los porteños y para la Argentina”, había celebrado el funcionario al anunciar los proyectos seleccionados, en agosto de 2024.
Se trata de una iniciativa que busca potenciar la industria audiovisual local mediante la devolución parcial de gastos a productoras nacionales que desarrollen coproducciones internacionales o brinden servicios de filmación. En dicha edición, los proyectos ganadores debían concretar sus rodajes antes del 1 de noviembre, con un porcentaje de devolución de hasta el 25%.
El film dirigido por los cineastas Mariano Cohn y Gastón Duprat que presenta 16 microrelatos interpretados por el humorista, fue elogiado efusivamente, hace días nada más, por el presidente Javier Milei y sus seguidores por, aparentemente, ser una referencia de la producción cinematográfica con iniciativa privada. Sin embargo, la confirmación del subsidio estatal rebate esa versión.
“La cultura nunca es un gasto, sino una inversión. Acompañarlos es un gesto importante y una manera de decirles que son relevantes para nosotros en lo concreto y en el apoyo específico”, había afirmado Jorge Macri durante la ceremonia, acompañado por García Moritán y la ministra de Cultura, Gabriela Ricardes, donde además, sostuvieron que la Ciudad concentra más del 70% de las productoras del país y más del 40% de las películas se filman allí anualmente.
REPRESENTACIÓN VS ESTEREOTIPO
La polémica también alcanzó a la nula representatividad de la argentinidad que logró el largometraje. "La película de Francella deja en evidencia muchos de los aspectos de la oscura e hipócrita agenda de los progres 'caviar'. Les duele porque les muestra su realidad”, defendió el Presidente en X, quien, más tarde, la calificó como una "obra de arte".
Aunque, a contramano, un gran número de espectadores, incluyendo cinéfilos reconocidos en redes, advirtieron que
Homo Argentum está lejos de representar la diversidad que se halla en el basto territorio del país. Más bien, ironiza sobre los rasgos arquetípicos de un porteñismo burgués, apuntando a una audiencia de clase media-alta.