El 10 de diciembre de 2024, el gobierno de Javier Milei cumplió un año en el poder y, a pesar de la retórica de cambio y transformación, el gabinete presidencial ha evidenciado una estructura ministerial conflictiva y con una alta rotación de funcionarios. Según un informe del Centro de Estudios de Prospectiva y Coyuntura (CEPyCO), el primer año del gobierno de La Libertad Avanza se caracterizó por una serie de modificaciones en la organización ministerial, la cual fue ajustada a los lineamientos de austeridad del presidente, que optó por reducir el número de ministerios casi a la mitad, pasando de 20 a tan solo 10 carteras.
Esta decisión implicó la
eliminación de ministerios clave como el de Mujeres, Géneros y Diversidades, y el de Ciencia y Tecnología, lo que dio lugar a una reconfiguración institucional que incluyó la creación del Ministerio de Capital Humano, que fusionó varias áreas tradicionales como Desarrollo Social, Educación y Trabajo. Sin embargo, más allá de la simplificación de las estructuras ministeriales, el informe también apunta a la falta de experiencia en gestión pública de la mayoría de los ministros.
“Un 40% no contaban con experiencia en gestión pública”, señala el informe, lo que contrasta con gobiernos anteriores en los que la experiencia en el sector público era mucho más común. A esto se le suma que gran parte de estos ministros provienen del sector privado y los medios de comunicación.
A lo largo de este primer año, la gestión de Milei también estuvo marcada por una dinámica interna caótica.
El informe destaca que el gabinete comenzó de manera desordenada, sin tener definidos todos los cargos en las primeras semanas de gobierno. Este clima de incertidumbre y falta de cohesión se tradujo en una rotación inusual de funcionarios, con una renuncia cada tres meses. De las cuatro renuncias registradas, dos fueron de figuras clave como la Jefatura de Gabinete y el Ministerio de Relaciones Exteriores. Este panorama de inestabilidad no se limitó solo al gabinete, sino que también afectó a agencias estatales, empresas públicas y organismos descentralizados.
El informe que tuvo la firma de Facundo Juarez Ritterband, Tomás Albornoz y Jose Agustín Echeverría también da cuenta de la homogeneidad en los perfiles de los ministros, que en su mayoría poseen formación en Derecho y Economía, con una clara presencia de egresados de universidades públicas, como la UBA. A pesar de este perfil académico, la falta de experiencia en la gestión pública de la mayoría de los ministros ha sido una de las principales críticas a la estructura del gobierno de Milei. “Su carácter conflictivo se expresó en que en tan solo un año tuvo un promedio de una renuncia cada tres meses”, subraya el informe, poniendo en evidencia la fragilidad del gabinete que, lejos de consolidarse, ha mostrado fisuras desde sus primeros meses en el poder.
Esta alta rotación y la falta de estabilidad en el gabinete son indicadores claros de una gestión que, pese a la retórica del cambio, no ha logrado consolidar una estructura sólida ni un equipo de trabajo cohesionado. Con una administración que aún lucha por definir su rumbo y un gabinete marcado por los conflictos internos, la pregunta es si Milei podrá revertir esta situación antes de que los desafíos políticos y económicos del país se vuelvan aún más complejos.