El titular del Grupo Techint, Paolo Rocca, aprovechó su exposición en la Conferencia Industrial de la UIA para marcarle al Gobierno la necesidad de una política industrial “activa”, al advertir que la administración Milei considera ese concepto “una mala palabra". “El año pasado se importaban 5.000 lavarropas por mes y este año el número creció a 85.000”, alertó el empresario ante el auditorio.
En su análisis, Rocca remarcó que el aumento de las importaciones impacta de lleno en la producción local y advirtió que la apertura comercial no puede funcionar como único mecanismo regulador. Para ilustrarlo, recordó que en heladeras “se pasó de 10.000 a 80.000” unidades importadas, lo que condiciona la posibilidad de sostener la industria nacional.
El empresario profundizó su crítica al sostener que el mercado por sí solo no protege el trabajo argentino. “Produce y da valor agregado o cierra y usa la cadena comercial para distribuir material importado”, afirmó. En ese marco, interpeló directamente al Gobierno sobre el rol estatal ante la presión del gigante asiático. “¿El Estado deja que las fuerzas presionen libremente por el exceso de capacidad en China y la dificultad de competir en nuestro país, o podemos tener un diálogo?”, cuestionó.
“Tenemos que volver a hacer política industrial, ver cómo Argentina se inserta en este nuevo mundo”, insistió ante el empresariado. En el cierre de la jornada, la preocupación expuesta por Rocca resonó entre distintos dirigentes industriales, que señalaron la combinación de consumo débil, presión importadora y dificultades para sostener márgenes.
Según los datos que circularon en la UIA, la participación de productos importados en el mercado de línea blanca alcanzó niveles similares a los de comienzos de los 2000, mientras consultoras del sector remarcaron que la demanda sigue estancada.