13.10.2025 / POLÉMICA

Bullrich y Arietto, detrás del “antibloqueo”: la trama del MEAB para criminalizar la protesta sindical

El Movimiento Empresarial Antibloqueo nace al calor de un conflicto con Camioneros y se proyecta como fuerza de choque del PRO: asesoría penal, operaciones mediáticas y estigmatización de trabajadores. En Lácteos Vidal, su irrupción expone el libreto: mostrar “mafias”, judicializar reclamos y negar derechos laborales.





Una nueva polémica acaeció en torno a la ministra de Seguridad.  El caso de Lácteos Vidal ofrece una postal elocuente. Convocadas ambas partes, el abogado histórico de la firma anunció que no tenía mandato para negociar y que sería reemplazado por letrados del movimiento empresarial anti bloqueo. Ante el pedido oficial de identificar a esos apoderados y asentar la situación en el acta, el letrado pidió permiso para consultar… y no volvió a la audiencia. Afuera, continuaba el acampe de Atilra por salarios y regularización de categorías en una planta de 46 empleados.

Los antecedentes llevan a Rosario, 2020. Allí, la empresaria Verónica Razzini denunció amenazas y “bloqueos” en una disputa de encuadramiento con Camioneros. La contactó Florencia Arietto —abogada santafesina del PRO, hoy figura de confianza de Patricia Bullrich— y le propuso armar un frente “anti bloqueo” con consignas del tipo “no les tenemos miedo” y “juntos podemos vencer a las mafias sindicales”. El sello tomó a Camioneros como enemigo principal y, en abril, celebró la detención de dos dirigentes en San Pedro. Su táctica se repite: asesoramiento penal —no laboral—, exposición mediática y denuncia de “extorsión”. “Así la mafia sindical de Atilra, acosa a los empleados que quieren ingresar a trabajar en Lácteos Vidal”, difundió el MeAB en redes con un video que no mostraba violencia ni bloqueo en el ingreso de Moctezuma.

En el sector lácteo, el libreto ya se vio en Mayol (Cañuelas), con festejos de “haberse vencido el bloqueo” y la presencia de Bullrich. En Vidal, la dueña Alejandra Bada Vázquez discute en la puerta con delegados mientras se acumulan denuncias por seis monotributistas en tareas de convenio y al menos veinte operarios en categorías inferiores. Frente a cámara, la empresaria afirma: “Yo soy libre de contratar a quien quiera y como quiera, ¿por qué no puedo hacerlo?”; detrás de la lente, según relatan los trabajadores, se escucha la instrucción del equipo del MeAB: “Ahora llore”.

La avanzada “antibloqueo” choca con la realidad administrativa y judicial. El Ministerio de Trabajo ya constató irregularidades en contrataciones y un fiscal desestimó la existencia de bloqueos en la planta. En paralelo, la causa laboral suma embargos millonarios por astreintes y medidas preventivas a favor de los trabajadores despedidos, mientras el MeAB persiste en instalar su narrativa de “patotas” y “mafias”. La escena de Moctezuma resume el método: convertir la protesta en delito, llevar el conflicto a fuero penal y operar en medios para disciplinar a quienes reclaman.