Durante la 53 reunión plenaria de la Asamblea General de la ONU, 119 países votaron a favor de una resolución propuesta por Rusia, 10 se abstuvieron y 53 votaron en contra, pero lo llamativo para las relaciones internacionales de la Argentina es que la administración libertaria de Javier Milei volvió a expresarse en sentido contrario que los Estados Unidos, que rechazó la moción del país euro-asiático.
La resolución planteada por Rusia que fue aprobada en el organismo este martes busca, según se informó, combatir la glorificación del nazismo, el neonazismo y otras prácticas que contribuyan a exacerbar las manifestaciones contemporáneas de racismo, discriminación racial, xenofobia, así como formas conexas de intolerancia.
La representante adjunta de la delegación rusa ante la ONU, María Zabolótskaya, destacó que la resolución adoptada es "temática" y agradeció a las naciones que la respaldaron. "Su objetivo es el diálogo y la cooperación, y no el 'etiquetado'. [...] Las acciones de los países occidentales son alarmantes, ya que han hecho un nuevo intento de dividir las filas de los Estados miembros de la ONU y complicar la cooperación internacional en el campo de la lucha contra el neonazismo, el racismo y la xenofobia", afirmó la alta funcionaria.
Durante el encuentro plenario, 119 países entre los cuales está la Argentina votaron a favor del documento, 10 se abstuvieron y 53 se expresaron en contra. Entre las naciones que no apoyaron la iniciativa presentada por el país euroasiático se encuentran Austria, Alemania, Japón, Países Bajos, España, Ucrania, EE.UU., Reino Unido e Italia.
Es decir que la Argentina de Milei votó con Rusia y nuevamente se colocó en contra de la mirada de EEUU. En noviembre, el presidente argentino calificó de “imperdonable error” el voto de su país en Naciones Unidas en contra del embargo económico que Estados Unidos le impuso a Cuba y, como consecuencia, echó a la entonces canciller, Diana Mondino.
“Le costó el puesto a los 30 minutos”, dijo Milei entrevistado por Amalia “Yuyito” González, su novia. Luego, designó en el lugar de Mondino a Gerardo Werthein, quien dejó su puesto de embajador en Washington y asumió como canciller.
“Yo había definido que mi alineamiento en el mundo era con Estados Unidos e Israel: no podés ir a una votación en la que todos los países quedan de un lado y Estados Unidos e Israel quedan del otro. Y nosotros teníamos que estar ahí, no del otro”, subrayó el mandatario. Incluso habló de una “purga” en Cancillería y aseguró que "todos los responsables de esto van a ser sumariados y echados", porque "son traidores a la patria”.
Curiosamente, es la segunda votación consecutiva en la ONU donde Argentina con Werthein como canciller no acompaña la postura de los Estados Unidos, dado que la gestión de Milei fue la única que rechazó una resolución sobre los derechos de los pueblos indígenas. Aquello, junto al acompañamiento a Rusia en desmedro de la nación norteamericana, alimenta la teoría de que el despido de Mondino no tuvo nada que ver con esa famosa votación sino que se lo utilizó como excusa.