El senador expulsado Edgardo Kueider presentó una demanda judicial que pone en cuestionamiento la validez de la sesión del Senado del pasado jueves 12 de diciembre. A través de su abogado, Kueider argumenta que la remoción de su banca fue realizada sin pruebas suficientes y sin el debido proceso. En su presentación, el exlegislador entrerriano califica el procedimiento como un "juicio de inquisición", señalando que no se presentó ningún documento oficial con "signos de autenticidad" ni por parte de Paraguay, de donde se alegaba la causa de su remoción.
La demanda fue rápidamente presentada ante el fuero contencioso administrativo, donde Kueider pide que se declare la "nulidad absoluta e insanable" de la votación, la resolución y todo lo actuado en consecuencia. En el escrito, que fue accesible a Data Clave, solicita también una cautelar que suspenda los efectos de la decisión del Senado hasta que se resuelva su planteo, con el fin de que se le restituya en su puesto.
Según detalló Infobae además, desde el Ejecutivo apuntaron contra Victoria Villarruel, aunque advierten que exigir una medida formal implicaría ceder que estuvieron implicados en un error administrativo de consecuencias institucionales.
En este marco, el juez
Enrique Lavié Pico, encargado de tomar el caso, ya dio las primeras indicaciones. Ordenó que Kueider firme de manera personal la demanda, pese a que en la solicitud se menciona que actualmente se encuentra detenido en Paraguay. Además, giró el expediente a la Fiscalía 7 para que se expida sobre la intervención judicial en este caso tan delicado.
En sus argumentos de moral insólita, Kueider también apunta a la figura de la vicepresidenta Victoria Villarruel, quien presidió la sesión durante la cual se votó su expulsión. Según Kueider, la ahora enemiga de Javier Milei no podía ejercer ese rol en calidad de presidente provisional del Senado, ya que el presidente el propio Milei había abandonado el país. Este planteo se suma a sus críticas a la gestión del actual gobierno y sus seguidores, alineándose con el discurso libertario impulsado por Javier Milei.
El ex senador no duda en ironizar sobre la situación:
"Es como si el presidente Milei hubiera venido, se hubiera sentado en el sillón del presidente del Senado, y hubiera sesionado", dijo, cuestionando la legitimidad de una acción que considera excesiva y contraria a los principios constitucionales. También, en un tono desafiante, sugirió que si se comprobaba el incumplimiento de los deberes de funcionario público por parte de los altos cargos, podría iniciar una denuncia penal.