A través de un decreto, Javier Milei oficializó este jueves a sus directores para la inteligencia y el espionaje. Se trata de tres flamantes funcionarios que dejan ver un hilo rojo que va desde los 90` hasta Mauricio Macri, pasa por Antonio "Jaime" Stiuso y, aunque lo niegue, llega a Santigo Caputo.
Tal como había trascendido hace semanas, quien a partir de hoy está al frente del denominado Servicio de Inteligencia Argentino (SIA) es Alejandro Colombo, un viejo colaborador de quien fuera el hombre fuete de la vieja SIDE, el exdirector de Operaciones Antonio “Jaime” Stiuso.
Colombo tiene experiencia en el rubro desde hace al menos 40 años, con experiencia en el ámbito de las relaciones internacionales del espionaje.
Durante el gobierno de Carlos Menem fue designado como agregado de la vieja SIDE en Roma, un cargo que volvió a ocupar durante la presidencia de Mauricio Macri, quien lo nombró representante de la exAFI (Agencia Federal de Investigaciones) en esa misma ciudad. Tuvo el respaldo del entonces director de ese organismo, Gustavo Arribas, hasta que debió ser eyectado del cargo tras una serie de desavenencias que tuvo el gobierno macrista con el Vaticano, al frente del Papa Francisco.
El decreto presidencial publicado esta mañana también designó al frente de la Agencia de Seguridad Nacional a Pablo Cecati, un integrante de la Policía Federal Argentina (PFA) en cuyo prontuario hay un dato no menor: fue señalado como uno de los que participó del espionaje a los familiares de las 44 víctimas del submarino ARA San Juan.
Su pasado profesional también data desde la década del ’90, cuando fue custodio Carlos Corach, el exministro del Interior y uno de los principales operadores políticos del gobierno menemista. Se desempeñó durante más de cuatro décadas en las áreas de defensa e inteligencia de la PFA y fue custodio del expresidente Macri. También ocupó el cargo de jefe de la Casa Militar durante ese gobierno de Cambiemos/Juntos por el Cambio.
Por último, al frente de la Agencia Federal de Ciberseguridad el gobierno designó a Ariel Waissbein, uno de los hombres fuerte de los denominados “trolls libertarios”. Según consignó Página 12 por trascendidos, su tarea hasta ahora fue presionar a empresarios, sobre todo a los más cercanos al gobierno de La Libertad Avanza.
Su currículum y trayectoria publicados en internet fueron borrados y lo poco que se sabe es que es matemático, experto en ciberseguridad, derechos digitales y que trabajó en Core Technologies Security, una de las empresas del rubro más relevantes del mundo.
Fue empleado del Ministerio del Interior durante la gestión macrista y en los últimos años se especializó en tecnología blockchain de registro de transacciones mediante la criptografía. También es especialista en critpomonedas, el mercado menos detectable para los sistemas de control.
Caputo fue el autor intelectual de la disolución de la AFI y la creación de la nueva estructura que incluye cuatro "agencias" dentro de la SIDE. La obsesión de Caputo por el manejo de la inteligencia ya había quedado en evidencia con la salida de Nicolás Posse, que tenía el control de la estructura y pulseaba con el asesor.
Al contrario de lo que hizo la gestión de Alberto Fernández, Caputo quiere potenciar la SIDE porque desde allí manejan, entre otras cosas, la relación con periodistas, trolls e influencers libertarios a través de los fondos reservados.
La decisión de Caputo de evitar que Emilio Monzó asuma como presidente de la Bicameral de Inteligencia no es casual. El asesor de Milei no quiere que la oposición -aunque sea dialoguista- tenga una herramienta institucional para tratar de mirar que se está haciendo con los fondos reservados de la SIDE.
La comisión bicameral tiene poder de investigar a los servicios de inteligencia y citar a los agentes, por lo que también para el gobierno es clave asegurarse contar con una mayoría de legisladores afines que frene cualquier decisión incómoda para el gobierno.