12.06.2024 / Congreso

Por qué la gira internacional de Milei suma problemas si la votación por la Ley Bases resulta en empate

Con la salida de Milei al G7 esta noche y si la sesión se extiende hasta ese momento, la vicepresidenta Villlarruel deberá asumir la Presidencia y no podrá encabezar la Cámara alta. Un senador debería votar dos veces si hay empate. El reglamento del Senado contra la Constitución.




En lo que parece configurarse como un momento bisagra para el gobierno libertario, el Senado se prepara para una “batalla final” a 6 meses desde su asunción y sin haber podido aprobar ni una sola ley al día de hoy. En ese contexto, la Cámara alta debate la Ley Bases y el paquete fiscal, que tienen media sanción de Diputados, y pese a sobreactuar confianza en La Libertad Avanza saben que no tienen asegurados los votos para la aprobación de esas normas y que un escenario de empate es tan posible como disparador de una nueva polémica

¿Por qué un empate podría disparar polémicas y problemas más allá de la debilidad política del oficialismo? Porque si se produce un empate, la vicepresidenta Victoria Villarruel sería la señalada para definir con su voto el destino final de la Ley Bases, tal como pasó en el recordado caso de la 125 y Julio Cleto Cobos

Sin embargo, en este caso hay un elemento distintivo: el presidente Javier Milei y su viaje al G7 y posterior gira - otra más - internacional.

Es que Milei tiene previsto partir esta noche rumbo a Europa para participar de la cumbre del G7 en Italia. Ni bien deje suelo argentino, Villarruel se convierte en presidenta. Es la Constitución Nacional la que lo prevé, al igual que en consecuencia ya no podrá participar de la sesión en el Senado.

Así las cosas, si la sesión es tan extensa como se espera y se extiende incluso hasta el jueves por la mañana, Villarruel no podrá participar en la etapa de definición. 


EL POROTEO Y QUÉ PASA SI HAY EMPATE SIN VILLARRUEL

El escenario en vísperas del debate viene turbio para el Gobierno. Es que dos senadores de Santa Cruz se rebelaron al señalar que no darían el quórum. Eso dejó expuesta la necesidad para el oficialismo de que Martín Lousteau se siente en su banca, cosa que el senador radical ya anunció que hará. Sin embargo, no está claro cómo votará.

Los números provisorios muestran que La Libertad Avanza y la oposición dialoguista lograrían destrabar el inicio de la sesión, entonces, pero aún no están asegurados los votos finales y, mucho menos, el resultado de la compulsa artículo por artículo. 

Del clásico poroteo, a esta hora surge que los 33 senadores de Unión por la Patria votan por la negativa, a los que podrían sumarse los "díscolos" santacruceños. La expresión por el rechazo estaría entonces al borde de los 36 votos que obligarían a un desempate, dado que Lousteau llevó un dictamen propio y sería extraño que votará contra su propuesta y a favor de la de Milei. La otra voluntad en duda, despejado el polémico caso Lucila Crexell y su cargo en Unesco, es el también radical Maximiliano Abad

Ante ese escenario, el reglamento de la Cámara alta señala que la definición debería quedar en manos de la vicepresidenta Villarruel. Sucedió así en 2008, cuando el ya mencionado Cobos protagonizó el desempate por la negativa contra la legislación que promovía las retenciones móviles del gobierno que integraba. El famoso "voto no positivo". 

De ocurrir un empate en la votación en ausencia de la Vicepresidenta, el reglamento determina que su lugar queda para el Presidente Provisional, es decir Bartolomé Abdala, senador de La Libertad Avanza.

Según el artículo 33 del reglamento del Senado, "en los casos en que la Presidencia del cuerpo es ejercida por un senador, corresponde que este vote en las cuestiones sometidas a resolución de la Cámara, ejerciendo, en caso de empate de la votación, el derecho de decidir la misma". O sea: la Cámara alta lo habilita a votar dos veces, primero como legislador partidario y luego como autoridad del cuerpo. 

El problema es, básicamente, que la Constitución Nacional lo impide taxativamente: "El Senado se compondrá de tres senadores por cada provincia y tres por la ciudad de Buenos Aires, elegidos en forma directa y conjunta, correspondiendo dos bancas al partido político que obtenga el mayor número de votos, y la restante al partido político que le siga en número de votos. Cada senador tendrá un voto".

Una particularidad de la controversia es que uno de quienes expresó su cuestionamiento recientemente es Manuel García Mansilla, uno de los dos candidatos del Gobierno para la Corte Suprema de Justicia. 

Fue el año pasado, cuando la Cámara alta aprobó otorgar un nuevo acuerdo a la Dra. Ana María Figueroa, exintegrante de la Cámara Federal de Casación Penal, que había cesado en su cargo por edad. Sucedió cuando la senadora Claudia Ledesma Abdala votó tres veces, ya que el debate terminó empatado 35 a 35 y, al momento de la definición, ocupaba la presidencia previsional por la ausencia de la entonces vicepresidenta Cristina Kirchner.

“Hay una norma expresa que lo prohíbe y que, en general, no es considerada por los pocos autores que trataron la cuestión. Es el artículo 54 de la Constitución Nacional que trata de la composición del Senado y cuya última oración dice: ‘Cada senador tendrá un voto’. Otorgar al presidente provisorio del Senado un voto de desempate, además del voto que emite en su calidad de senador, viola claramente esa norma constitucional. Un voto es un voto, no dos. No hay otra forma de leer el texto constitucional. No estamos en presencia de lo que se suele denominar como un ‘caso difícil’. Al contrario, estamos frente a un caso más que sencillo. La posibilidad de emitir dos votos no puede inferirse de ninguna norma constitucional, mucho menos cuando contradice directamente lo que dispone una de ellas”, escribió García-Mansilla en un trabajo elaborado junto al abogado constitucionalista Ricardo Ramírez-Calvo, publicado por la Universidad de San Andrés.

De esta manera, un posible empate en el debate parlamentario en la discusión por la Ley Bases podría derivar en una controvesia eventualmente judicial. Y, por ende, política.