Los discursos de odio perdieron el poder de horrorizar por medio de la repetición y se volvieron moneda corriente en espacios de visibilidad pública: discursos políticos, medios de comunicación, y redes sociales. Aminorar su gravedad y metaforizar amenazas con la fantasía de que no se cumplirán, logró instalar ideas que no eran bien vistas como algo común.
Andrea Amarante, Pamela Cobas, Mercedes Figueroa, las tres mujeres asesinadas, y Sofía Riglos, que continúa internada recuperándose del ataque, vivían juntas en una habitación del Hotel Islas Canarias ubicado en el barrio de Barracas. Si bien los dormitorios estaban preparados para dos personas, la dueña accedió a que pudieran ser cuatro cuando le explicaron su situación. La crisis habitacional que hay en el país y los aumentos alarmantes en el transporte público fueron la razón del pedido.
Eran lesbianas. Aunque la orientación sexual de las personas no debería ser un factor detonante de violencias, para las personas del colectivo LGBTIQ+ sí lo es. Existe un discurso de odio ligado al disciplinamiento, a corregir lo que excede a la cisheteronorma.
La Federación Argentina LGBT (FALGBT) emitió un comunicado repudiando el ataque mediante sus redes sociales en el que exigen políticas públicas contundentes: “No podemos dejar de señalar que los crímenes de odio son el resultado de una cultura de violencia y discriminación que se sostiene sobre discursos de odio que hoy se encuentran avalados por varios funcionarios y referentes del Gobierno Nacional. Y los únicos espacios a los que podemos recurrir quienes somos víctimas de estos ataques, están siendo vaciados o eliminados por el actual gobierno como, por ejemplo, el INADI”.
Días antes de las elecciones en las que ganó el candidato de La Libertad Avanza, dándole la presidencia a Javier Gerardo Milei, aparecieron pintadas en diferentes puntos del país con mensajes homofóbicos, transfóbicos y misóginos que amenazaban a los feminismos tales como “Chau parásitos adoctrinadores”, “Se terminaron los pañuelos verdes”, o “familia es un hombre y una mujer”. El aval público de La Libertad Avanza a estos discursos los amplificó.
En enero pasado, apenas pasado un mes de asumido, el libertario en su discurso ante el Foro de Davos, responsabilizó a los feminismos del “entorpecimiento económico” y calificó a las personas que trabajaban en espacios como el Ministerio de la Mujer, Género y Diversidad y todos los organismos que promueven esta agenda, como “burócratas que no le aportan nada a la sociedad”.
El ministerio dejó de existir por decisión de Milei, y consecuentemente se eliminaron muchas de las políticas que eran sostén y apoyo de los sectores más vulnerados de las mujeres y la comunidad LGBTIQ+. Según el último informe del observatorio de la Asociación Civil La Casa del Encuentro, entre enero y abril de este año fueron asesinadas 101 femineidades por razones de género.
El 5 de marzo, días previos al Día de la Mujer y al Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia, un grupo de varones ingresó a la casa de la militante de la organización HIJOS Sabrina Bölke donde la golpearon, la torturaron y abusaron sexualmente de ella.
También le dejaron pintadas en las paredes: "VLLC ñoqui" (Viva La Libertad Carajo, ñoqui), en clara alusión a las ideas del gobierno libertario. Un mes después del ataque, después de elegir el anonimato para resguardarse, develó su identidad: Sabrina es una trabajadora trans del Espacio Memoria y Derechos Humanos ex ESMA que profundizó en la investigación de desaparecidos LGBTIQ+: “Me dijeron que no hablara nunca más”.
Andrea, Pamela y Mercedes eran lesbianas. Sofía es lesbiana. Un hombre decidió prenderlas fuego en la habitación que compartían. Cuando lograron salir mientras se quemaban, las golpeó y forcejeó con ellas para intentar devolverlas a las llamas. No hay eventualidad en una acción deliberada ejercida mediante la lesbofobia.
Los discursos de odio son constantes, y de la metáfora que parece lejana hasta su materialización más cruel, hay mucha menos distancia de la que se puede imaginar. Y si desde el gobierno se incitan estos discursos y se fomenta el desprecio por lo diferente, intentando justificar la homogeneidad, estamos en un claro camino a una dictadura que no se vivía en Argentina desde la oscura época de Videla.