
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, anunció este jueves que la firma del acuerdo comercial entre la Unión Europea y el Mercosur, que estaba prevista para este sábado en Brasil, finalmente se pospondrá hasta enero de 2026. Esta decisión se tomó en el marco de líderes en Bruselas, donde no se alcanzó la mayoría calificada para avanzar con el texto. Italia y Francia son dos de los países que más presionaron para dar marcha atrás con el entendimiento.
De esta manera, los legisladores europeos seguirán adelante con las negociaciones y la firma que estaba prevista para este sábado en Foz de Iguazú, durante la cumbre donde Brasil entregará la presidencia del Mercosur a Paraguay, se llevará a cabo en los primeros días de enero.
En este contexto, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, aseguró que la primera ministra de Italia Giorgia Meloni, una de las principales detractoras del tratado, le pidió más tiempo para analizar su aprobación. “Meloni me dijo que, si tenemos paciencia de una semana, diez días, un mes, Italia estará con el acuerdo”, afirmó el mandatario. Aunque Brasil había advertido previamente que “no habrá más acuerdo” si no se firmaba este fin de semana, fuentes oficiales confirmaron que el bloque sudamericano aceptó la prórroga. El objetivo de Italia y Francia es buscar mayores garantías de protección para su sector agropecuario antes de dar el visto bueno definitivo.
LOS DETRACTORES DEL ACUERDO
Las presiones se centraron en Italia y Francia. La presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, y el canciller alemán, Friedrich Merz, se reunieron el lunes por la noche con la primera ministra italiana, Giorgia Meloni. "Si Italia no se suma, se acabó. Espero que hoy veamos las cosas un poco más claras", había advertido en diálogo con la agencia Reuters el presidente de la Comisión de Comercio del Parlamento Europeo, Bernd Lange.
A su vez, el ministro de Agricultura polaco, Stefan Krajewski, le pidió a Italia y a otros países que se juntaran para formar una minoría de bloqueo. Para cumplir con su cometido, se necesita que se opongan al menos cuatro países de la UE que representen como mínimo el 35% de la población. Los diplomáticos advierten que es probable que al menos otro país, como Hungría, se oponga. El funcionario polaco destacó que tienen "los números, los argumentos y la razón moral". De esta manera, instó al resto de los países a "no temer el chantaje de la industria automotriz".
PROTESTAS MASIVAS
A su vez, mientras las autoridades europeas debatían el acuerdo puertas adentro, las calles de la capital belga estallaron con una masiva movilización de agricultores que rechazaron el tratado. La policía local avanzó contra los manifestantes con gases lacrimógenos y cañones de agua luego de que lanzaran pirotecnia y objetos contra los edificios oficiales.