La Cámara de Diputados otorgó media sanción al Presupuesto 2026 impulsado por el Gobierno luego de una negociación contrarreloj con bloques dialoguistas y mandatarios provinciales, en una sesión atravesada por maniobras del oficialismo, concesiones de último momento y un articulado que refuerza el recorte del gasto en áreas sensibles del Estado.
El proyecto fue aprobado con 132 votos afirmativos, 97 negativos y 19 abstenciones, tras dos años en los que el Ejecutivo administró los recursos públicos con amplios márgenes de discrecionalidad, y contó con el respaldo del PRO, la UCR, el MID y fuerzas provinciales que terminaron de inclinar la balanza a partir de acuerdos políticos y transferencias de fondos.
Sin embargo, el oficialismo no consiguió avanzar con la derogación de las leyes de emergencia en discapacidad y de financiamiento universitario, dos de los puntos más resistidos por la oposición.
En la previa de la votación, el oficialismo giró más de 66 mil millones de pesos en Aportes del Tesoro Nacional y sumó cambios en el texto para asegurar adhesiones, como un guiño a la Ciudad de Buenos Aires por la coparticipación y un refuerzo al Poder Judicial, mientras avanzaba con la derogación del financiamiento universitario y la emergencia en discapacidad.
El presupuesto aprobado no prevé recomposición para jubilaciones, deja afuera la reactivación de la obra pública y carece de herramientas para impulsar la actividad económica, pero consolida el ajuste al eliminar indexaciones en asignaciones sociales, reducir metas de inversión en educación, ciencia y defensa, y restringir el alcance de las llamadas “zonas frías”.
Las proyecciones macroeconómicas incluidas también encendieron alertas, con un crecimiento del 5%, una inflación anual del 10,1% y un dólar estimado por debajo del valor actual para fines de 2026, cifras que distintos centros de estudio consideraron desfasadas frente al contexto real.