El ministro de Economía, Luis Caputo, anunció la licitación de un bono del Tesoro en dólares con vencimiento en 2029 y con el que, según afirmó, el Gobierno intentará cubrir parte del fuerte vencimiento de enero “sin que bajen las reservas”, decisión que coloca una vez más al país en el mercado de deuda.
El nuevo instrumento, identificado como BONAR 2029N, tendrá un cupón anual del 6,5% y será íntegramente suscripto y pagado en dólares bajo legislación argentina; de acuerdo con el detalle oficial, amortizará el total del capital al vencimiento y se ofrecerá tanto a inversores minoristas, con un tramo no competitivo de hasta USD 50.000, como a participantes institucionales.
Caputo justificó la emisión al señalar que permitirá encarar “una parte” del compromiso cercano a USD 4.300 millones previsto para el 9 de enero, un mes en el que se concentra un fuerte pago de capital e intereses de bonos reestructurados, mientras Economía asegura que la estrategia apunta a evitar que esas obligaciones afecten la acumulación de reservas.
En paralelo al anuncio, los bonos soberanos registraron leves subas promedio del 0,4% y el riesgo país retrocedió alrededor de 14 puntos básicos hasta la zona de 620, un movimiento que el Gobierno atribuyó a la continuidad del programa económico y a la “compresión de tasas” observada en las últimas semanas.
La cartera económica sostuvo que esta colocación inaugura una etapa en la que el Tesoro intentará refinanciar vencimientos en dólares sin intervenir en la hoja de balance del Banco Central, una definición que marca distancia del esquema heredado y que, según el comunicado oficial, busca consolidar “costos financieros sostenibles”.
De acuerdo con el cronograma difundido por Finanzas, las ofertas se recibirán el 10 de diciembre y la liquidación está prevista para el día 12, con un monto máximo a colocar que se definirá en la subasta.
INDUSTRIA
Durante la misma entrevista, Caputo cuestionó las políticas industriales tradicionales y sostuvo que el verdadero camino al desarrollo se dará por medio de la desregulación y competencia. En esa línea, sostuvo que durante décadas se aplicaron modelos que “no funcionaron” y citó el caso Whirlpool, que hace días anunció su cierre.
También se refirió a la industria automotriz, que hoy “padece un poco” la apertura y la mayor competencia. Sin solución a la vista, el titular de Economía vinculó parte de la caída del empleo y el cierre de empresas a la carga impositiva. Además, celebró el hecho de que el Gobierno esté aplicando modelos importados que "funcionaron en el mundo”.