El Gobierno de Javier Milei avanza con su plan de desregulación de la economía y en ese camino acaba de quitarle potestades al Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM). Así quedó plasmado en el Decreto 812/2025 publicado este martes en el Boletín Oficial.
Nacido en 2002, el INYM regula desde entonces la actividad y fija precios mínimos para sostener la actividad de los productores. Con el nuevo decreto, el gobierno libertario le impedirá dictar cualquier medida que afecte la competencia en el mercado.
Así modificó el artículo 8 del Decreto 1240/2002 que reglamentaba el funcionamiento del INYM. Allí se establecía que "el INYM deberá implementar las medidas que resulten necesarias y convenientes para facilitar el equilibrio entre la oferta y la demanda de la yerba mate y derivados”.
El nuevo artículo modificado ahora señala: “El INYM no podrá dictar normas o establecer intervenciones que provoquen distorsiones en los precios de mercado, generen barreras de entrada, impidan la libre iniciativa privada y/o interfieran en la libre interacción de la oferta y la demanda en la producción y comercialización de la yerba mate y derivados”.
Entre los considerandos de la medida, el Gobierno advirtió que "resulta necesaria una modernización" del INYM "de manera que focalice sus actividades en las verificaciones de calidad, al tiempo de impedir su intromisión en un mercado competitivo".
Días atrás el Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado que conduce Federico Sturzenegger aseguró que el precio de la yerba mate cayó 44,3% desde diciembre de 2023. No dice nada sin embargo de la crisis que atraviesan los productores en un mercado cartelizado que les impone precios por debajo del recupero de costos.
Claudio Hacklender, referente de los productores yerbateros, indicó "la situación realmente es bastante complicada" y que "hubo aumentos constantes de todos los insumos y del combustible". En esa línea, aseguró que en octubre subió también la mano de obra, y eso implica un incremento más en nuestros costos fijos.
"Nosotros terminamos la zafra con 240 pesos el kilo de hoja verde puesta en secadero. El paquete en góndola vale unos 4.000 pesos. Hay alguien que se está quedando con esa gran diferencia, y no somos justamente los pequeños productores", apuntó en diálogo con Radioctiva 100.7.
Por ese motivo, completó: "Las ganancias que nos quedarían son realmente ínfimas, no vale la pena tratar de cosechar porque no nos va a sobrar absolutamente nada".