El escándalo de caracter político y también judicial por la visita de seis diputados de La Libertad Avanza, el espacio de
Javier Milei, a la cárcel de Ezeiza para entrevistarse con genocidas condenados por delitos de lesa humanidad durante la última dictadura militar y ofrecerles una alternativa de liberación sigue escalando y, en este caso,
trascendieron videos de su ingreso que, entre otras cosas, demuestran la connivencia y las irregularidades que salpican a Patricia Bullrich.
En las imágenes, que revelaron C5N y Clarín, del 11 de julio,
se puede observar a los legisladores libertarios ingresar al penal entre risas, se corrobora que no les quitaron sus celulares, que eludieron el detector de metales y que tuvieron una reunión previa con autoridades de la institución. Todas irregularidades por las que debería tener que dar explicaciones la ministra de Seguridad.
La revelación de la visita "humanitaria" tuvo ya múltiples capítulos y tendrá más. Luego de que se filtre la acción, se conoció la foto de los diputados de Milei sonrientes en una foto de familia con
Alfredo Astiz y una decena de genocidas condenados a perpetua. Luego inició el episodio político, que involucró revelaciones de las diputadas Rocío Bonacci y, principalmente, Lourdes Arrieta, la legisladora de los "patitos", lo cual llevó a su renuncia (antes de ser expulsada).
Antes, la mendocina denunció ante la Justicia haber sido engañada para asistir a encontrarse con varios de los íconos del terrorismo de Estado de la década del 70. En ese tren, hubo filtraciones de discusiones a los gritos del bloque libertario, con acusaciones gravísimas contra
Martín Menem, titular de la Cámara, pero también Gabriel Bornoroni, jefe de bloque, y varios de sus compañeros.
Ahora, se conocieron las imágenes de las cámaras de seguridad de la Unidad 31 del Penal de Ezeiza, donde el 11 de julio pasado los seis diputados libertarios visitaron a condenados de lesa humanidad.
Beltrán Benedit, el organizador del tour a represores, subió a una combi de la Cámara baja acompañado por el ex villarruelista Guillermo Montenegro, María Fernanda Araujo, Alida Ferreyra, Arrieta y Bonacci, que fue la única que se negó a posar con los detenidos.
Según Bonacci, ella se enteró de a quiénes iban a ver minutos antes de llegar y ahí rechazó el propósito de la visita. Aunque ingresó al penal, explicó que no participó de la actividad y se mantuvo siempre al margen. Arrieta luego convalidó esa versión e hizo la denuncia penal.
Los esperaban Alfredo Astiz, Raúl Guglielminetti (exagente de inteligencia del Batallón 601), Carlos Guillermo Suárez Mason Jr. (ex marino responsable de delitos de lesa humanidad en la ESMA), Adolfo Donda (exoficial de la Armada y secuestrador de su sobrina, la exdiputada Victoria Donda), y Antonio Pernías, entre otros represores.
Los detalles del encuentro trascendieron en boca de Arrieta y Bonacci. La segunda fue parte de la comitiva pero no participó más que como espectadora muda de lo que pasó allí. La mendocina de los "patitos" conversó con los militares condenados, entre ellos Astiz, al que dijo no conocer por haber nacido en 1993, ya en democracia, y estuvo en la foto.
Lo que se puede ver en los videos es cómo los seis libertarios bajan a las 14:30 de una combi blanca para ingresar al penal de Ezeiza. Con Benedit a la cabeza, luego pasan de a uno por la mesa de entradas, dejando su nombre y documento, en el trámite de rigor.
Minutos después, van a una oficina para encontrarse con autoridades del penal. Pasan allí 20 minutos, cuando regresan al ingreso a la cárcel, adonde entran sin pasar por el detector de metales, en una de las irregularidades que Arrieta mencionó en su denuncia penal.
Unas dos horas después, a las 17:45, la misma cámara de seguridad registra cómo Arrieta y Bonacci, las dos diputadas que después salieron a despegarse de la visita, salen primero acompañadas por un oficial. Se quedan en un patio de la cárcel, donde solo estuvieron con una gata, a la cual la segunda fotografió.
Dos minutos más tarde, todo el contingente de diputados deja el penal tras la reunión con los represores, también esquivando el detector de metales, para retirar sus documentos de la mesa de entradas.
Finalmente, todos se suben una escalera para mantener una reunión con autoridades del penal. Pasadas las 18 se retiran, ya de noche, en la misma combi blanca de Diputados y regresan a la Ciudad de Buenos Aires.
Arrieta aportó en la Justicia más de 80 páginas de chats de WhatsApp de diferentes grupos en los que había sido incluida, en los que se organizó la visita a Astiz y compañía. Su denuncia fue por coacción agravada, abuso de autoridad y violación de deberes de funcionario público, conspiración y malversación de fondos públicos.
Su presentación apuntó contra el Director Nacional del Servicio Penitenciario, Inspector General Fernando Martínez, contra los directivos del complejo penitenciario de Ezeiza, y contra los que apuntó como los organizadores del viaje, entre los que destacó a Beltrán Benedit y al padre Javier Olivera Ravasi, un religioso hijo de un represor detenido por delitos de lesa humanidad.
Arrieta también señaló a los abogados Ricardo Saint Jean, hijo de Ibérico Saint Jean, exgobernador de la dictadura, y presidente de la Asociación de Abogados por la Justicia y la Concordia; María Laura Olea, hija de Enrique Braulio Oléa, ex jefe del Batallón de Ingenieros donde funcionó el centro clandestino de detención “La Escuelita”, en Neuquén, condenado a perpetua; y Eduardo Riggi, ex juez acusado de cajonear causas por crímenes de lesa humanidad.
También solicitó investigar a sus compañeros de bloque Alida Ferreyra y Guillermo Montenegro, y a la mano derecha de Martín Menem, Sharif Menem, asesor del presidente de la Cámara de Diputados.
La controversia creció en Diputados, donde se pidió crear una comisión investigadora. En paralelo, en tribunales, el fiscal Sergio Mola pidió desestimar la denuncia de la diputada libertaria por considerarla pueril. Hace consideraciones de un infantilismo que hieren la inteligencia”, dictaminó. Más allá de rechazar las acusaciones de la mendocina contra sus compañeros de bloque, pidió investigar en qué condiciones se produjo la visita de diputados al penal, sobre todo si faltaron controles de seguridad, y si hubo incumplimientos por parte de las autoridades penitenciarias.
El Gobierno salió a negar que ese tema sea parte de la agenda del presidente Javier Milei y varios apuntaron contra la vicepresidenta Victoria Villarruel, que en medio de sus chispazos con el jefe de Estado y su entorno, sobre todo Karina Milei y Santiago Caputo, encabezó el martes un acto en el Senado donde volvió a reclamar justicia para las victimas de las organizaciones guerrilleras en la década del 70.
“Reabriremos todas las causas de víctimas de terrorismo, todos los Montoneros tienen que estar presos”, lanzó, desafiante, la presidenta del Senado. Llamativamente, los audios de la reunión de bloque muestran hasta a Menem, alineado con el mileísmo y no con el villarruelismo, defender la visita.