La interna entre el Presidente y su vice suma un nuevo capítulo,
Victoria Villarruel convocó para este martes a un nuevo homenaje a las "víctimas del terrorismo" en medio de las diferencias por la visita de un grupo de legisladores libertarios a los represores de la última dictadura, una agenda de la que Javier Milei se separó completamente.
El año pasado, la vicepresidenta había encabezado un acto similar en la Legislatura porteña, donde defendió la teoría de los dos demonios. Pero ahora, al ocupar la titularidad de la Cámara alta,
el nuevo acto será este martes a las 17:30 en el Salón Azul del Palacio Legislativo.
La justificación es que será a proposito del Día Internacional de Conmemoración y Homenaje a las Víctimas del Terrorismo, declarado por la ONU desde 2017 para cada 21 de agosto.
Abiertamente negacionista, el año pasado Villarruel había encabezado un acto coordinado por la legisladora porteña de La Libertad Avanza, Lucía Montenegro. El discurso de la entonces candidata a vicepresidenta se concentró en sostener la teoría de los dos demonios y habló de las "víctimas" que "son negadas por el Estado". "Acá en la Argentina las víctimas de los 70, de la AMIA y la Embajada no tienen lugar", dijo Villarruel.
En aquel momento, aseguró que los miembros del ERP y Montoneros quisieron instalar un Estado "autoritario, comunista, basado en la tiranía y que busca negar la esencia del ser humano". "
Los que se oponen a este homenaje son los que tienen las manos manchadas con la sangre de nuestros seres queridos", habia lanzado.
Mientras la vicepresidenta se prepara para un nuevo homenaje, la interna libertaria se incendia. Y es que la visita a los genocidas de la última dictadura generó un sacudon y expuso las diferencias de agenda de Milei con su vice.
Incluso, la legisladora Lourdes Arrieta, que participó de la reunión en Ezeiza, ante su inminente expulsión del bloque salió a despegarse el domingo y filtró los proyectos libertarios para lanzar un DNU que acorte el plazo para condenar crímenes de Lesa Humanidad a un máximo de 25 años y habilitar salidas transitorias a los genocidas.
