La causa por violencia de género que involucra al expresidente Alberto Fernández ha generado un terremoto en el Partido Justicialista. Aunque oficialmente Fernández sigue siendo el presidente del PJ, en la práctica ya estaba desplazado de la conducción partidaria antes del escándalo. Su gestión había terminado con un fuerte rechazo de las distintas facciones del peronismo, que ya lo habían empujado a tomar una licencia.
De acuerdo a un artítuculo de Ámbito, con la reciente divulgación de los chats y las imágenes de Fabiola Yañez golpeada, el peronismo se enfrenta a un nuevo desafío. La situación llevó al peronismo a acelerar el proceso para la remoción definitiva de Fernández. Este viernes, en La Rioja, se realiza la jura de la constitución provincial, evento que ha servido de pretexto para convocar a un amplio encuentro de la dirigencia peronista. Entre los asistentes estarán el gobernador riojano Ricardo Quintela, el mandatario bonaerense Axel Kicillof, intendentes de la Federación Argentina de Municipios (FAM) y legisladores nacionales.
El acto en La Rioja, previsto para definir liderazgos futuros, ahora está marcado por el escándalo de Fernández. La cumbre, inicialmente destinada a trazar estrategias para las elecciones de noviembre y para discutir la futura conducción del PJ, se ve afectada por la crisis interna. Como explicó un exministro de Fernández, "no salpica a todos, hasta a los que terminamos mal con él". En contraste, el caso fortalece la imagen del presidente Javier Milei, quien se beneficia de los errores de Fernández, especialmente en cuanto a sus políticas de género.
La situación ha llevado a Sergio Massa a postergar un encuentro de relanzamiento del Frente Renovador, inicialmente programado para el sábado en Sierra de la Ventana. La decisión de Massa refleja la magnitud del conflicto dentro del PJ y su impacto en la agenda política.
En tanto, el gobernador Axel Kicillof comentó:
“Estamos muy shockeados por esta situación. Esperamos que la Justicia actúe rápidamente y resuelva este grave asunto”.
Dicho analisis sostiene que el impacto en el peronismo es incierto: algunos creen que el daño se diluirá con el tiempo, mientras que otros temen que las consecuencias sean irreversibles. Se prevén reordenamientos dentro del PJ, con gobernadores como Quintela y Sergio Ziliotto buscando mayor protagonismo en la toma de decisiones.